El hecho de tener diabetes o ser obeso en edades por encima de los 60 años puede estar relacionado con un aumento significativo en el riesgo de desarrollar cáncer de mama, según un estudio sueco presentado en el Congreso de Cáncer de Mama de San Antonio (EE.UU.). Los datos también demuestran que niveles elevados de lípidos son menos frecuentes en las pacientes cuando se les diagnostica cáncer de mama, mientras que las cifras bajas de lípidos estaban asociadas con un mayor riesgo de cáncer de mama.
Los autores del estudio también comprobaron que el uso de un medicamento para la diabetes -metformina- se relacionaba con una menor tasa de cualquier tipo de cáncer, mientras que otro - insulina glargina- se asoció con un mayor riesgo de cáncer en general.
Los investigadores de la Universidad de Lund (Suecia) evaluaron los registros de salud de una región de 1,5 millones de personas que viven en el suroeste de Suecia para proporcionar una imagen completa del riesgo de cáncer. En total, se analizó a 2.724 pacientes 10 años antes de que desarrollaran cáncer y 20.542 pacientes que no desarrollaron la enfermedad.
«El trabajo muestra que la diabetes y la obesidad en mujeres mayores de 60 años aumenta significativamente del riesgo de cáncer de mama», señala Hakan Olsson. A su juicio, esta información puede ser muy útil para las mujeres que quieren conocer sus riesgos con el fin de tomar medidas preventivas.
Casi el doble
En concreto, explican, la obesidad en las mujeres después de los 60 años aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama en un 55%. «A lo sumo, 15 de cada 100 mujeres obesas podrían tener cáncer de mama, cifra que sería de menos de 10 de cada 100 mujeres en la población general », afirma Olsson.
En cuanto a la diabetes, aquellas con diabetes tenían un riesgo de desarrollar cáncer de mama del 37% mayor si su diabetes había sido diagnosticada hasta cuatro años antes de que el cáncer fuera diagnosticado. Además, las mujeres con niveles anormalmente bajos de lípidos en sangre (sobre todo el colesterol) tenían un riesgo un 25% mayor de padecer cáncer de mama, aunque los mecanismos que subyacen en estos efectos no están claros, reconoce Olsson.
Los expertos también analizaron el registro de medicamentos nacionales para examinar el vínculo entre el riesgo para todos los cánceres y el uso de dos medicamentos para la diabetes, la insulina glargina y la metformina. En este estudio, los investigadores encontraron que el uso de insulina glargina, que ha sido asociado con el desarrollo de cáncer en anteriores estudios realizados en Europa, casi duplicó el riesgo para el desarrollo de cualquier tipo de cáncer, mientras que la metformina se relacionaba con un riesgo del 8% menor de cáncer en pacientes con diabetes.
Ahora bien, Olsson matiza que se necesitan más investigaciones para aclarar los tipos específicos de cáncer de mayor riesgo. El número de pacientes en este trabajo que desarrollaron cáncer de mama y que usan estos medicamentos es demasiado pequeño para hacer cualquier vínculo con el cáncer de mama.
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