lunes, 25 de febrero de 2013

La mayoría de los bebés que crecen lentamente alcanzan los límites normales en la adolescencia



La mayoría de los bebés que suben de peso lentamente en los primeros nueve meses de vida alcanzan los límites normales para la edad de 13 años, aunque siguen siendo más delgados y más bajos que muchos de sus compañeros, según concluye una investigación de la Univesidad de Bristol, en Reino Unido, publicada en la revista 'Pediatrics'.

Los nuevos resultados se basan en datos de 11.499 niños de los años 90 y proporcionan la evidencia de que, con el cuidado adecuado, muchos niños que no logran ganar peso rápidamente en los primeros nueve meses de vida, se pondrá al día con el tiempo.

El estudio encontró que, de los 11.499 bebés nacidos a término, 507 subían lentamente de peso antes de la edad de ocho semanas (grupo temprano) y 480 eran lentos para subir de peso entre las ocho semanas y los nueve meses (grupo tardío). Treinta niños fueron comunes a ambos grupos.

Los recién nacidos en el grupo temprano se recuperaron rápidamente y alcanzaron casi el peso adecuado a la edad de 2 años, mientras que los del grupo más tardío ganaron peso más lentamente hasta los 7 años, y luego tuvimos un grupo entre los 7 y 10 años, pero se mantuvo considerablemente más bajo y más delgado que sus pares y los del primer grupo a la edad de 13 años.

A esa edad, los niños del grupo más tardío estaban en una media de 5,5 kilogramos más delgados y casi 4 cm más bajos que el resto, mientras los del primer grupo tuvieron un promedio de 2,5 kilogramos menos de peso y una estatura de 3,25 centímetros menor que sus compañeros, según las conclusiones de la investigación.

El estudio muestra que hay patrones muy diferentes de recuperación entre los grupos tempranos y tardíos, incluso cuando otros factores como la educación de la madre, el fondo, el peso y la altura se han tenido en cuenta, pero que hay poca diferencia entre niños y niñas.

"La razón por la que el grupo temprano alcanzó más rápidamente los niveles normales puede deberse a que los niños tenían dificultades de alimentación y fueron más fácilmente identificados en las ocho semanas, lo que resulta en un tratamiento precoz que conduce a una recuperación más rápida", explicó el autor principal del estudio, Alan Emond.

Sin embargo, como es un estudio observacional de niños de los años 90, hay poca información disponible acerca de qué niños recibieron suplementos nutricionales o tratamientos médicos. Además, los niños que mostraron un aumento de peso lento más tarde en la infancia necesitaron más tiempo para recuperarse debido al largo período de crecimiento lento y a que sus padres eran más pequeños y más delgados también.

"En general los padres pueden tener la seguridad de que los bebés que muestran el aumento de peso lento en el primer año se recuperan dentro de los límites normales, pero a los 13 años tienden a ser más delgados y más pequeños que muchos de sus compañeros", afirma el investigador principal.

El mensaje a los profesionales de la salud es que, a menos que los niños requieran intervención debido a la mala salud, la ingesta de calorías no debe incrementarse ya que puede predisponer a la obesidad más tarde en la vida, según los autores, que señalan que los hábitos alimentarios en los segundos seis meses de vida determinan la ganancia de peso de un niño futuro.

viernes, 22 de febrero de 2013

Superdotados: niños, a pesar de todo



"En principio son niños que tienen una situación neurológica normal, sin ningún antecedente de enfermedad previa", explica a SINC Pedro de Castro, neurólogo infantil del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. "Pero una vez que se establece la capacidad intelectual por encima de la media, hay que valorar otros factores que se asocian con frecuencia, como problemas depresivos o de integración social".

De hecho, aunque las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) apuntan a que el 2,3% de la población mundial posee altas capacidades, más del 30% de estas personas tienen un bajo rendimiento escolar y se sienten aisladas y no tan felices como su grupo de sus compañeros.

Es más, según De Castro, los niños superdotados muchas veces sufren falta de motivación y frustración en el colegio, sienten que los profesores no entienden su comportamiento ni su manera de ser y no se identifican con los demás. Y esto con frecuencia desemboca en un aislamiento; no prestan atención en el colegio, no tienen interés en lo que se explica y no se conforman con lo que se les dice. Todo ello deriva en muchos casos en un aparente fracaso escolar, síntoma que suele ser la razón por la que se acude al especialista.

"Las familias vienen por problemas en el colegio, creen que sus hijos pueden sufrir trastorno por déficit de atención o hiperactividad; la mayor parte de las veces no saben que son superdotados", afirma el neurólogo. "Por eso lo primero que hay que hacer es diagnosticarles para que los profesionales adecuados encaucen estas capacidades y logren un rendimiento académico y personal óptimo".

Como bien señala Alicia Rodríguez, presidenta de la Asociación Española para Superdotados y con Talento (AEST), "no tener un hijo dentro de la media supone tener que informarse de sus perfiles, como lo tendríamos que hacer con cualquier otra diferencia, como la celiaquía o la diabetes, y así ayudarle para un desarrollo dentro de la mayor normalidad, donde se encuentre identificado con el conjunto".

Sin embargo, algunas familias viven esta condición con ansiedad, no como un premio o un 'valor añadido' de su hijo. No saben si le están atendiendo adecuadamente, si necesita más o le exigen demasiado. Los expertos coinciden en que los niños superdotados primero deben ser tratados como niños, y luego, de acuerdo con su capacidad innata.

¿Listo o superdotado?

Uno de los indicadores para determinar la superdotación es la anticipación de aprendizajes o hechos cotidianos, como empezar a andar o aprender a leer muy pronto, lo que a veces se confunde con una precocidad del niño. Ahí es cuando deberían entrar en acción los especialistas para que el diagnóstico llegue lo antes posible. Sin embargo, a día de hoy en España no se lleva a cabo ninguna detección sintomática.

"Una alta capacidad no viene dada por un cociente intelectual alto, eso solo es un indicador más", sostiene uno de los técnicos de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid encargado de gestionar el Programa de Enriquecimiento Educativo para Alumnos con Altas Capacidades (PEAC). "La acreditación de alta capacidad debe ser oficial, siempre realizada por un equipo especializado".

La evaluación realizada para determinar la presencia de alta capacidad comprende pruebas de capacidad intelectual, pero también una de creatividad, de pensamiento divergente, y un seguimiento de la producción escolar del alumno. Los alumnos con alta capacidad pueden ser propuestos para participar voluntariamente en el programa.

Sería revelador que un análisis neurobiológico pudiera determinar la inteligencia, pero no existe nada parecido. Castro lo deja claro: "No hay ninguna prueba biológica que la detecte, ni análisis, ni resonancias magnéticas, ni estudios de ningún otro tipo que muestren una capacidad alta".

Para el neurólogo infantil "inicialmente es difícil hacer un diagnóstico diferencial entre un niño superdotado sin problemas y uno con dificultades de sociabilidad, como ocurre en numerosos casos de síndrome de Asperger, un tipo de trastorno del espectro autista. Hay que hilar muy fino para saber si esas complicaciones son reactivas a que no le han hecho caso o a una patología intrínseca". Aun así, se mantiene optimista al respecto: "Las habilidades sociales se pueden mejorar con el tiempo, sobre todo si se realiza un diagnóstico precoz que posibilita un mejor tratamiento y enfoque de estos niños".

Dejar de ser bichos raros

Los superdotados no se parecen en el carácter por el hecho de serlo. Dentro del colectivo de altas capacidades existe la misma variabilidad que entre los alumnos 'normales'. "Nos encontramos con líderes sociales y con otros niños que, si no rechazados, al menos no están bien atendidos porque tienen una capacidad intelectual y unos intereses diferentes a los de sus compañeros", subraya Diego Plaza, uno de los coordinadores del PEAC hasta 2005 y ahora director del equipo de orientación de Colmenar Viejo.

Los propios chicos manifiestan su deseo de no ser señalados ni, como suele sucederles, etiquetados como 'empollones' en el colegio. "La principal desventaja que he tenido durante el colegio ha sido sobre todo la relación con mis compañeros de clase, no me entendían, no pensaban como yo y no compartían mis aficiones y por eso a menudo estaba sola", relata Irene T. C., estudiante de Biología Sanitaria.

Lo mismo cuenta Sergio, exalumno del PEAC que ahora estudia primero de Arquitectura: "Cuando era pequeño lo pasé bastante mal, como se me daban bien los deportes y sacaba buenas notas mis compañeros me molestaban todo el rato. Ahora con la edad te das cuenta de que puedes ser como cualquier otra persona, lo que pasa es que los niños suelen machacar a los compañeros que destacan".

Pero no todas las personas superdotadas se caracterizan por ser buenos estudiantes. "Es uno de los estereotipos que queremos romper, alta capacidad no es igual que alto rendimiento académico. Lo habitual es que un niño con alta capacidad no fracase escolarmente, pero eso solo ocurrirá si está atendido en el ámbito educativo de una forma adecuada", comenta otro de los técnicos de la Consejería de Educación madrileña.

"Se trata de que tomen conciencia de que son niños normales, que hay otros niños iguales que ellos, y dejen de verse a sí mismos como bichos raros. El hecho de estar en esos grupos les ayuda a sentirse más normalizados", añade el técnico.

Ya lo decía Carl Gustav Jung, psiquiatra suizo fundador de la escuela de psicología analítica: "Los superdotados son el fruto más hermoso del árbol de la humanidad, pero a la vez son los que corren más grande peligro pues cuelgan de sus ramas más frágiles y con frecuencia se rompen".

Los niños superdotados rechazan el estigma social al que suelen ser expuestos y quieren volverse, conscientemente, invisibles. Pocos allegados lo saben, por miedo de que, al conocer esta diferencia, los demás se puedan sentir inferiores. Solucionar esto depende de que sus capacidades sean explotadas adecuadamente y, más importante aún, de que sean tratados como lo que son: niños.

Las bacterias "estresadas" se vuelven resistentes a los antibióticos



Las bacterias se vuelven resistentes a los antibióticos cuando están "estresadas", según han descubierto Investigadores de Universidad de California en Irvine (Estados Unidos) y la Facultad de Medicina Paris VII Denis Diderot, en París (Francia) en una investigación publicada en 'BMC Evolutionary Biology'. En particular, estos científicos han detectado que bacterias de 'E. coli' cultivadas a altas temperaturas se convierten en resistentes a la rifampicina.

Las mutaciones responsables de la resistencia a rifampicina tenían efectos diferentes en otras cepas de 'E. coli'. En cada tipo de bacteria probado en la subunidad mutada del gen rpoB de la ARN polimerasa les permitió crecer en presencia de rifampicina, a diferencia de la cepa de prueba original que no necesariamente tiene una ventaja de crecimiento a alta temperatura.

El doctor Olivier Tenaillon, que condujo este estudio, comentó: "Nuestro estudio demuestra que la resistencia a antibióticos puede ocurrir incluso en ausencia de antibióticos y que, dependiendo del tipo de bacteria, y las condiciones de crecimiento, en lugar de ser costosa de mantener puede ser altamente beneficiosa".

En este sentido, estte experto subraya que, dado que la rifampicina se utiliza para tratar infecciones bacterianas graves como la tuberculosis, la lepra, la enfermedad del legionario, y para la profilaxis en los casos de meningitis meningocócica, "este desarrollo tiene implicaciones importantes para la salud pública".

Estas bacterias proporcionan una fuerte evidencia de que la evolución de la resistencia a los antibióticos se rige por dos propiedades de los genes, pleiotropía y epistasis. El doctor Arjan de Visser, de la Universidad de Wageningen, en los Países Bajos, explicó: "La pleiotropía describe cómo las mutaciones de resistencia a antibióticos afectan a otras funciones mientras la epistasis describe la eficacia de combinar diferentes mutaciones en su efecto sobre la resistencia, y por lo tanto determina qué vía mutacional se preferirá por la evolución cuando se necesitan varias mutaciones para la resistencia completa".

Europa se queda corta ante el cáncer infantil



La cifra se repite como un mantra cada vez que se habla del tema: el 80% de los niños con cáncer se cura. El reto para la comunidad científica sigue estando en el 20% restante, una cifra que podría quedarse estancada pronto si los gobiernos y la industria no se ponen las pilas. Una serie de artículos publicados en la revista 'The Lancet' apunta los retos que habrá que salvar en el futuro si la lucha contra el cáncer pediátrico no quiere quedarse atascada en ese 80%.

El desarrollo de nuevos fármacos es uno de esos escollos, tal y como señala uno de los escritos firmado por especialistas de varios centros europeos y uno australiano. Trabas burocráticas, desinterés (económico) de los grandes laboratorios, falta de ensayos específicamente diseñados para niños... estos son sólo algunos de los problemas que mencionan los expertos, que alertan del grave riesgo de que la oncología pediátrica no logre desarrollar tratamientos suficientemente innovadores en el futuro más cercano.

"En los últimos 50 años, hemos logrado mejorar las tasas de curación en los países desarrollados del 30% al 80%", recuerdan en un comentario en la misma revista Kathy Pritchard-Jones y Richard Sullivan (del King's College de Londres, Reino Unido), "sin embargo; en la actualidad, esas mejoras están en peligro por falta de una adecuada financiación y por las crecientes y complejas trabas burocráticas que están surgiendo en numerosos países para investigar".

Europa es un buen (y triste) ejemplo de ello. "En EEUU se realizan 10 veces más ensayos en fase I en cáncer pediátrico que en Europa", subraya Peter Adamson (del Hospital de Philadelphia, EEUU). "Fuera de EEUU, la mayoría de niños y adolescentes con tumores que no responden a las terapias estándar carece de acceso a compuestos innovadores. Eso hace que algunas familias viajen hasta EEUU para participar en ensayos clínicos, con las consecuencias económicas y familiares que eso puede tener".

A diferencia del cáncer de adultos, prácticamente toda la investigación de nuevos fármacos para niños oncológicos está sustentada por dinero público, recuerdan todos los participantes. Esa realidad obligará a establecer programas de financiación estables para evitar que la falta de fondos provoque interrupciones en las investigaciones actualmente en curso. La directiva europea de ensayos clínicos puesta en marcha en 2004 ha multiplicado por cuatro el coste económico de estos estudios, recuerdan los firmantes, lo que ya ha retrasado o incluso detenido algunas investigaciones.

A pesar de las increíbles tasas de curación de los niños con cáncer (todavía mueren 100.000 menores de 15 años en todo el mundo al año por esta enfermedad), muchos de estos pequeños sufrirán secuelas derivadas del tratamiento el resto de su vida (en los países en desarrollo, uno de cada 1.000 individuos es un superviviente de un tumor pediátrico). Por eso, no basta con que los nuevos tratamientos sean curativos, también hay que aspirar a que sean menos tóxicos que sus predecesores.

Los niños con cáncer representan apenas el 2% de todos los tumores que se diagnostican (el resto, son adultos), y el 94% de ellos se registra en países en desarrollo, otro de los escenarios que preocupa de cara al futuro. De hecho, otro de los artículos de 'Lancet' aborda la enfermedad en esas regiones pobres, donde se producen la mayor parte de muertes por culpa de un inadecuado acceso a tratamientos.

En África, por ejemplo, el cáncer infantil es 12 veces más frecuente que en Europa; aunque allí el 80% de los pequeños carece de acceso a radioterapia, cirugía o los tratamientos más elementales. Y no en todos los casos, como denuncia Pritchard-Jones, el problema es la falta de medios, sino también de conciencia pública y de interés político. "Cuando se dice que un país no se puede permitir pagar estas terapias, se olvida que salvar la vida de un niño con cáncer tiene más impacto en el desarrollo económico de un país que curar el cáncer de un adulto".

jueves, 21 de febrero de 2013

Un ensayo clínico implantará córneas artificiales en pacientes con úlcera grave



Un ensayo clínico coordinado por el Hospital San Cecilio de Granada permitirá la fabricación e implantación de córneas artificiales en pacientes con úlceras graves en los ojos y para los que actualmente no existe una alternativa terapéutica eficaz.

El objetivo de este proyecto, el primero de España de estas características y que ya ha recibido la autorización de la Agencia Española del Medicamento, es evaluar la seguridad y eficacia clínica de un modelo de córnea artificial humana en un grupo de pacientes con patología grave en córnea.

Según ha explicado hoy en rueda de prensa la consejera andaluza de Salud, María Jesús Montero, que ha comparecido junto al equipo de sanitarios implicados, en el ensayo está previsto que se incluyan veinte pacientes con opacidad corneal o úlceras en la córnea graves y de mala evolución, de las que se diagnostican unos 400 casos al año en Andalucía.

Además del San Cecilio de Granada, participarán los hospitales Virgen de las Nieves (Granada), Virgen Macarena y Virgen del Rocío (Sevilla) y Puerta del Mar (Cádiz), la Universidad de Granada, el Centro Regional de Transfusión Sanguínea y el Banco de Tejidos de Granada-Almería.

Tras la fabricación de las córneas artificiales en un laboratorio del Hospital Virgen de las Nieves, en una primera fase, el ensayo incluirá a cinco pacientes de forma secuencial, a los que se les practicará un injerto y, en función de su evolución, la práctica se extenderá a otras personas del resto de hospitales participantes.

Según ha explicado el doctor José Luis García, director de la Unidad de Gestión Clínica Oftalmológica del San Cecilio, la finalidad del ensayo es poner una especie de "tirita" con células corneales de un trasplante para que, tapando la úlcera, se favorezca la regeneración de todo el tejido ocular afectado.

Si el proyecto resulta exitoso, el resultado final sería que, en muchos casos, se evitarían trasplantes de córnea, con los problemas de rechazo que tienen, y también gracias a la ingeniería genética se podría conseguir que de una córnea donante se obtuviera tratamiento para veinte receptores.

"Lo que buscamos, al fin y al cabo, es restaurar esa córnea, ese tejido, que no perdamos visión y, si la perdemos, que sea lo mínimo posible", ha señalado García, que ha añadido que si el ensayo funciona como creen se ampliará a otros campos de la oftalmología.

La alternativa terapéutica para el tratamiento de pacientes con úlceras corneales graves mediante la tecnología de ingeniería tisular ha sido posible por la colaboración del sistema sanitario con la Universidad de Granada y el equipo de los profesores Antonio Campos y Miguel Alaminos.

Este último obtuvo en la convocatoria de 2008 el premio Salud Investiga, por un proyecto de investigación consistente en la elaboración de córneas artificiales mediante ingeniería tisular en un modelo animal de conejo.

A través de la Iniciativa Andaluza en Terapias Avanzadas, el sistema sanitario ha favorecido que los resultados obtenidos a nivel de experimentación animal pudiesen trasladarse a los pacientes afectados de lesiones corneales graves.

Precisamente, la consejera de Salud, María Jesús Montero, ha destacado que el desarrollo de líneas de investigación por parte de la referida iniciativa ha permitido que actualmente existan, incluido el presentado hoy, un total de dieciocho ensayos clínicos en terapia celular e ingeniería de tejidos en distintas fases de desarrollo en el seno de la sanidad andaluza.

Unos 9.000 médicos realizan intervenciones de cirugía estética sin titulación oficial



Unos 9.000 médicos realizan intervenciones de cirugía plástica, estética y reparadora en España sin la titulación oficial, que requiere un periodo de residencia de cinco años, según ha denunciado el nuevo presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), el doctor Miguel Chamosa Martín.

Para este experto, sólo los especialistas en este campo deben ejercer la cirugía plástica y alude a la sentencia del Tribunal Supremo 15/07/05 que recogía que "la cirugía estética es una faceta más del ámbito de actuación que corresponde a los médicos que ostentan el título oficial de especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora".

"Soportamos una cantidad de actuaciones de otros médicos que hacen sus pinitos", ha señalado Chamosa Martín, quien ha lamentado que exista la creencia de que "cualquier médico puede hacer de todo".

Y es que, tal y como establece la SECPRE, esta especialidad no equivale a cursos, máster o talleres de cirugía estética, ya que éstos no proporcionan el entrenamiento, la formación ni la duración suficiente para la cualificación que se requiere para ejercer esta especialidad.

En este sentido, el presidente de la SECPRE ha puesto como ejemplo la regulación establecida en el campo de la Odontología, donde "nadie" que no sea dentista "se atreve" a quitar, por ejemplo, una caries. "La Ley de regulación de la cirugía estética en España es una demanda que no se ha cumplido", ha lamentado.

Decálogo de consejos para el paciente

Los especialistas recomiendan a los pacientes que estén pensando en someterse a una operación de cirugía estética exigir al médico el título oficial de especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora.

Asimismo, el decálogo de consejos de la sociedad establece que, desde la primera visita, el paciente sea explorado, valorado e informado por el cirujano plástico que le vaya a operar, y que éste desconfíe de las visitas informativas gratuitas y ofertas comerciales.

Además, la intervención debe realizarse en un centro hospitalario o clínica que disponga de todos los recursos necesarios para atender a cualquier posible situación de emergencia. Además, debe hacerse en un quirófano y con todas las medidas higiénicas y de seguridad correspondientes.

Estos expertos aconsejan también que, antes de la misma, el médico cuente con las pruebas necesarias: electrocardiograma, analíticas de sangre y orina, placa de tórax y, en algunos casos, ecografías y mamografías.

El impacto de la crisis

Por otro lado, este experto ha lamentado que "la crisis haya afectado a las cirugías grandes" y, en este sentido, ha puesto como ejemplo que las personas prefieran ahora las intervenciones quirúrgicas locales, como una cirugía de párpados.

En concreto, el aumento de pecho, "con la crisis, ha descendido mucho", ha reconocido Chamosa Martín, quien achaca este fenómeno a su elevado precio -solamente los costes de las prótesis ascienden a 1.000 y 1.500 euros-.

"Lo que no ha bajado son las infiltraciones de grasa", señala el presidente de la SECPRE al tiempo que reconoce que se trata de "una técnica que no está todavía conseguida". Y, de este modo, ha asegurado que la permanencia de la grasa en el cuerpo, con el paso del tiempo, ronda el 50%, un porcentaje más bajo si es en el rostro (33%). "Estamos en la década de los injertos de grasa", apostilla.

El presidente de la SECPRE asegura que, al año, se realizan unas 150.000 intervenciones quirúrgicas con fines estéticos. No obstante, "no somos el país con más intervenciones de Europa".

Crean una oreja artificial con tecnología 3D y células vivas



Bioingenieros y médicos de la Universidad de Cornell, en Ithaca, Nueva York (Estados Unidos) han creado una oreja artificial con impresión 3-D y moldes inyectables que se ve y actúa como un oído natural, dando nuevas esperanzas a los miles de niños que nacen con una malformación congénita llamada microtia.

En un estudio, publicado en 'Plos One', los ingenieros y médicos del Colegio Médico Weill Cornell describen cómo con impresión 3-D y geles inyectables crearon células vivas para orejas que son prácticamente idénticas a una oreja humana. Durante un período de tres meses, estos oídos flexibles desarrollaron cartílago para reemplazar el colágeno que se utiliza para moldear.

El nuevo oído puede ser la solución para los cirujanos reconstructivos que desde hace mucho tiempo desean ayudar a los niños que nacen con deformidades del oído, dijo el coautor principal, Jason Spector, director del Laboratorio de Medicina y Cirugía Bioregenerativa y profesor asociado de Cirugía Plástica en el Weill Cornell en la ciudad de Nueva York.

"La sustitución del oído por bioingeniería como en este caso también ayudaría a las personas que han perdido parte o la totalidad de su oído externo en un accidente o por cáncer", añadió Spector, quien señala que los oídos de repuesto se construyen generalmente con materiales con una consistencia similar a la espuma de poliestireno, o, a veces, con la costilla de un paciente, una opción "difícil y dolorosa para los niños, además de que los oídos raramente un aspecto completamente natural o no desempeñan bien su función".

Para hacer las orejas, Bonassar Lawrence, profesor asociado de ingeniería biomédica y sus colegas comenzaron con una imagen en 3-D digitalizada de la oreja de un sujeto humano y la convirtieron en "sólida" utilizando una impresora 3-D para ensamblar un molde. La oreja desarrollada con gel de alta densidad tiene una consistencia similar a la de la gelatina cuando se retira el molde y el colágeno sirve como un andamio sobre el cual el cartílago puede crecer.

El proceso también es rápido, según explica Bonassar: "Se necesita la mitad de un día para el diseño del molde, un día o dos para imprimirlo, 30 minutos para inyectar el gel, y se puede quitar la oreja 15 minutos más tarde y dejarla durante varios días en medios de cultivo celular nutritivos antes de su implantación".

La incidencia de microtia, que es cuando el oído externo no está completamente desarrollado, varía de entre 1 a más de 4 por cada 10.000 nacimientos al año. Muchos de los niños que nacen con microtia tienen el oído interno intacto, pero pérdida experiencia auditiva debido a la falta de estructura externa.

"El uso de las células humanas, especialmente las del mismo paciente, reduciría la posibilidad de rechazo", dijo Spector, quien agregó que el mejor momento para implantar una oreja de bioingeniería en un niño sería sobre los de 5 o 6 años de edad, cuando las orejas están al 80 por ciento de su tamaño adulto. Si se detecta su total seguridad en el futuro y las pruebas de eficacia funcionan, Spector destaca que se podría realizar el primer implante humano en un oído en tan sólo tres años.