viernes, 30 de agosto de 2013

Más del 61% de los españoles necesita usar gafas graduadas para ver correctamente



Más del 61 por ciento de los españoles necesita usar gafas graduadas para disponer de una visión correcta, según evidencia el 'I Informe sobre Salud Visual y Tendencias' de Transitions Optical, en el que se observa que este problema es aún más acusado en los hombres.

Tal es así que el 65,1 por ciento de ellos precisa de este instrumento para ver con precisión, mientras que las mujeres que lo requieren son el 57,5 por ciento. Así lo arroja el trabajo realizado por esta compañía fabricante de lentes fotocromáticas sobre más de 2.000 personas de toda España de entre 25 y 60 años.

Con él, el objetivo perseguido ha sido dar respuesta a cuestiones como "la necesidad de utilizar gafas graduadas todos los días, el nivel de afectación de la luz solar exterior en los ojos y la incomodidad que esto produce", indican.

De esta forma, se ha constatado que la franja de edad en la que más personas necesitan gafas es la comprendida entre los 45 y 60 años, con un 72 por ciento. Sin embargo, la situada entre los 25 y los 34 años, con un 55,1 por ciento, se sitúa en segundo lugar por delante de hallada entre los 35 y los 44 años, que se establece en un 53,5 por ciento.

LOS QUE TIENEN NIVELES DE ESTUDIOS SUPERIORES TIENEN PEOR VISIÓN

Si se utiliza la formación académica como vara de medir, se observa que los que tienen un nivel de estudios superiores son los que más necesitan este elemento frente a los que tienen un nivel de estudios básicos, con un 64 por ciento y un 58 por ciento, respectivamente.

Por zonas geográficas, los españoles residentes de la zona noreste se sitúan a la cabeza, con un 64 por ciento, y quedando los de la zona norte en el mejor lugar respecto a la salud visual gracias al dato del 57 por ciento.

Por otra parte, y a pesar de que seis de cada diez españoles precise de gafas para ver, "sólo tres de cada diez guarda unas gafas de sol graduadas en el coche", lamentan. No obstante, peor es el dato si se elimina a los hombres de la ecuación, ya que el porcentaje cae hasta el 24 por ciento.

Por último, se expone que el 69 por ciento afirma sentir que sus ojos son sensibles a la luz, mientras que el 60 por ciento reconoce que la luz exterior, normalmente, es demasiado brillante para sus ojos. Por todo ello, un 67 por ciento confirma que, habitualmente, sus ojos necesitan tiempo para adaptarse a la intensidad de ésta.

Explorando nuevas vías en el tratamiento de los niños con VIH



En el año 2008, los resultados preliminares de un estudio que se estaba llevando a cabo en Sudáfrica con niños seropositivos supusieron todo un cambio de paradigma. Sus datos mostraban que iniciar la terapia antirretroviral de forma temprana en recién nacidos conseguía reducir la mortalidad en un 76% y la progresión de la enfermedad en un 75%. En cambio, dilatar el comienzo del tratamiento sólo arrojaba consecuencias negativas.

Dos años después, la Organización Mundial de la Salud cambiaba sus recomendaciones para que, en lugar de tener en cuenta el estado inmunológico de los pequeños o su situación clínica, se iniciase el tratamiento con antirretrovirales en todos los pequeños seropositivos menores de dos años.

La revista 'The Lancet' ha publicado los resultados finales de aquel estudio y sus datos vuelven a apoyar la efectividad de iniciar de forma temprana la atención farmacológica en los niños con VIH. Además, el trabajo apunta lo que puede ser una nueva perspectiva terapéutica a tener en cuenta.

Aunque este punto debe ser corroborado por nuevos análisis, la investigación sugiere que interrumpir temporalmente la terapia después de un inicio temprano es efectivo, seguro y no favorece la progresión rápida de la enfermedad.

"Este importante hallazgo indica que se podría parar de forma temporal el tratamiento y evitar a los niños los efectos tóxicos de los antirretrovirales durante un tiempo, siempre que se pueda realizar un seguimiento cuidadoso", ha señalado en un comunicado Mark Cotton, profesor de la Universidad Stellenbosch de Sudáfrica y uno de los principales firmantes del trabajo.

Tanto su propio equipo en la revista médica como un comentario que acompaña al trabajo subrayan que esta hipótesis debe ser ratificada ya que, por el diseño del trabajo, no se han podido comparar los efectos de la interrupción de la terapia con los que tendría seguir de forma continuada con el tratamiento.

Parar la terapia

No hay los suficientes datos a largo plazo para conocer qué consecuencias tiene la interrupción, señalan Robert Colebunders y Victor Mussime, especialistas en VIH y autores del comentario que publica 'The Lancet'. Por otro lado, añaden, "las interrupciones en el tratamiento requieren una monitorización cercana, tanto clínica como inmunológica, para asegurar la detección temprana de la progresión de la enfermedad y restablecer el tratamiento si es necesaria. Pero esta estrategia podría no ser factible en la mayoría de los lugares con pocos recursos del África Subsahariana, que es donde viven más del 90% de los niños con VIH".

De la misma opinión es Claudia Fortuny, pediatra especialista en la atención a niños con VIH del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, quien, con todo, reconoce que este trabajo demuestra que al menos en determinadas circunstancias "parecería plausible interrumpir el tratamiento".

"Hoy por hoy, es necesario avanzar en el desarrollo de tratamientos para los niños. Si dispusiésemos de terapias más potentes y menos tóxicas no tendría sentido plantearse la interrupción", subraya. "Pero a día de hoy, en determinadas circunstancias, como cuando existe una coinfección por tuberculosis y siempre que se pueda hacer un seguimiento muy cercano", sería interesante, señala.

Tanto para Fortuny como para el resto de especialistas, hasta que se tengan más datos sobre este punto, lo más interesante del trabajo es la ratificación de que administrar antirretrovirales de forma temprana es mucho más efectivo que retrasar la medicación.

El trabajo, que se inició en 2005, realizó un seguimiento a una muestra de 377 niños seropositivos de entre 6 y 12 semanas de edad que se dividieron en función de su atención. Así, un tercio se asignó a una terapia inmediata basada en inhibidores de la proteasa que se siguió de forma continua durante 40 semanas y luego se interrumpió, otro siguió el mismo patrón pero continuó el tratamiento durante 96 semanas y, finalmente, el resto de los participantes no recibió medicación hasta mostrar signos de enfermedad o de que su sistema inmunitario se había debilitado (la práctica habitual entonces).

Tras 48 semanas de seguimiento, los grupos de la terapia temprana ya mostraron beneficios significativos respecto a los niños que no habían recibido medicación en un primer momento. Pero, cinco años después del inicio de la investigación, los investigadores comprobaron que la evolución de los primeros seguía siendo significativamente mejor que la de los segundos.

De media, los niños que no recibieron medicación temprana necesitaron tratamiento unas 20 semanas después del inicio del estudio. Aquellos que tomaron los antirretrovirales durante 40 semanas y luego interrumpieron el tratamiento, no necesitaron medicación durante 33 semanas, un periodo que se prolongó hasta las 70 semanas en los pequeños cuyo tratamiento inicial fue de 96 semanas.

Pero, pese a que los pequeños a quienes no se dio medicación hasta que mostraron signos de enfermedad estuvieron más tiempo tomando medicación que el resto, sus tasas de mortalidad, complicaciones y admisiones al hospital fueron más elevadas que las del resto.

Esto demuestra que un tratamiento temprano seguido de una interrupción es "definitivamente mejor y más coste-efectivo que retrasar el tratamiento", ha señalado en el citado comunicado Avy Violari, de la Universidad Witwatersrand de Sudáfrica y otro de los firmantes del trabajo.

Este especialista se pregunta qué resultados hubiera dado prolongar el periodo inicial de tratamiento temprano o, incluso, mantener de forma continuada esta terapia, una perspectiva que también valoran los autores del comentario sobre el tema publicado en 'The Lancet'.

"En este estudio, los niños iniciaron la terapia con antirretrovirales a una edad media de siete semanas. Incluso es posible que pudieran conseguirse mejores resultados si pudiéramos tratar a neonatos infectados con VIH antes", señalan los investigadores, quienes citan el caso de la niña de Mississippi, que se considera curada de la infección (recibió la primera dosis de antirretrovirales apenas 31 horas después de su nacimiento).

Coincide nuevamente en este punto Fortuny. "El caso de la niña estadounidense es excepcional, pero creo que tratar muy precozmente y de forma intensa a los niños puede ser una estrategia muy interesante para, como mínimo, convertir a los niños en no progresores o progresores lentos de la enfermedad", señala.

Un vaso de vino al día nos protege frente a la depresión



Para preservar nuestra salud mental un grupo de investigadores españoles recomienda beber un vaso de vino al día. Pero, matizan, solamente aquellos que son bebedores; los abstemios, señala Miguel A. Martínez-González, director de este trabajo y catedrático de la Universidad de Navarra, «mejor que sigan sin tomar alcohol, porque no debemos olvidar que también tiene efectos perjudiciales».

La recomendación de beber un vaso de vino al día, más concretamente entre 2 y 7 copas de vino por semana (entre 5 y 15 gramos/día), surge de los resultados del seguimiento de 5.505 personas, que forman parte del Estudio Predimed, durante 7 años, llevado a cabo para determinar la relación entre el consumo de alcohol -sobre todo vino- y la incidencia de depresión. (El Estudio Predimed -PREvención con DIeta MEDiterránea- es el de mayor envergadura que se ha realizado sobre nutrición en España y cuyo objetivo principal es evaluar los efectos de la Dieta Mediterránea en la prevención primaria de la enfermedades crónicas; en él participan 7.447 voluntarios).

Explica Martínez-González que únicamente estudiaron a aquellos voluntarios que, al inicio del estudio, nunca habían padecido una depresión ni habían tenido problemas relacionados con el consumo de alcohol. Y, destaca, «es uno de los pocos trabajos en el que se ha medido repetidamente, una vez cada año, el consumo de alcohol de los participantes».

Patrón mediterráneo

Los resultados, que se publican en BMC Medicine, muestran que aquellas personas que bebían cantidades moderadas de vino eran menos propensos a sufrir de depresión. En concreto, detalla el investigador español, las tasas más bajas de depresión se observaron en el grupo de individuos que bebían entre 2 y 7 copas de vino a la semana. «Y -matiza-, el consumo de vino siempre se hacía dentro de un patrón mediterráneo, que se basa en pequeñas cantidades diarias y no como hacen ahora los más jóvenes. Si no bebe, no tiene porque empezar ahora», añade.

La relación del vino y su papel protector frente a enfermedades cardiovasculares es algo que ya se ha demostrado profusamente a través de múltiples estudios, entre ellos el Predimed. Lo que ahora se ha visto, señala a ABC Martínez-González, es que determinadas cantidades de consumo de alcohol «podrían ejercer cierta protección frente a la depresión de una manera similar a lo observado en la enfermedad cardíaca. De hecho -explica-, se cree que la depresión y la enfermedad cardiovascular comparten mecanismos comunes».

Polifenoles

Además, añade el investigador, estudios previos han sugerido que los compuestos no alcohólicos del vino, como el resveratrol y otros polifenoles, pueden tener efectos protectores sobre ciertas áreas del cerebro, por su función antiinflamatoria y antioxidante. «Y eso -comenta- es en lo que estamos trabajando: en el deterioro cognitivo, en la salud mental... Aunque de momento solamente podemos confirmar el papel protector en la depresión».

Este papel protector del alcohol, especialmente del vino tinto, blanco y en menor medida la cerveza, podría explicar las diferencias en la incidencia de depresión entre los países europeos, con niveles más bajos en los mediterráneos (España, Italia o Grecia) y mayores en los países del norte de Europa.

En cualquier caso, concluye, «en un tema tan delicado, no se trata de recomendar el consumo de alcohol a los que no beben, pero sí de aconsejar a los que lo hacen que lo hagan dentro del patrón de la dieta mediterránea».

jueves, 29 de agosto de 2013

La migraña puede cambiar de forma permanente la estructura del cerebro



La migraña puede tener efectos duraderos en la estructura del cerebro, según concluye un estudio publicado este miércoles en la edición digital de 'Neurology', que además muestra que estos erectos son más fuertes en los pacientes con migraña con aura.

"Tradicionalmente, la migraña ha sido considerada un trastorno benigno y sin consecuencias a largo plazo para el cerebro --explica el autor del estudio, Messoud Ashina, de la Universidad de Copenhague en Dinamarca--. Nuestra revisión y metaanálisis de los estudios sugiere que el trastorno puede alterar permanentemente la estructura del cerebro de varias maneras".

Durante esta investigación, los expertos encontraron que la migraña eleva el riesgo de lesiones cerebrales y provoca alteraciones en la sustancia blanca y el volumen cerebral en comparación con las personas sin el trastorno.

Para el metaanálisis, los investigadores revisaron seis estudios basados en la población y 13 estudios centrados en las clínicas para ver si las personas que experimentan migrañas con o sin aura poseen mayor riesgo de lesiones cerebrales, anomalías en silencio o cambios del volumen cerebral en exploraciones de imágenes de resonancia magnética (MRI, en sus siglas en inglés) en comparación con las que no tienen las condiciones.

Los resultados mostraron que la migraña con aura incrementa un 68 por ciento el riesgo de lesiones cerebrales en la materia blanca y la migraña sin aura eleva el riesgo en un 34 por ciento, en comparación con aquellos sin migraña. El riesgo de anomalías como necrosis miocárdica se incrementó en un 44 por ciento en las personas con migraña con aura frente a las de sin aura.

Además, cambios en el volumen del cerebro son más comunes en personas con migraña y migraña con aura que los que no padecen estos intensos dolores de cabeza periódicos, que afectan a alrededor de entre el 10 y el 15 por ciento de la población general y puede causar una carga personal, laboral y social sustancial.

"Esperamos que con más investigación, podamos aclarar la asociación de los cambios en la estructura del cerebro para atacar la frecuencia y la duración de la enfermedad. También queremos saber cómo estas lesiones pueden influir en la función del cerebro", concluye Ashina.

Vinculan el consumo de alcohol antes del primer embarazo con mayor riesgo de problemas en la mama



El consumo de alcohol antes del primer embarazo se asocia con un mayor riesgo de enfermedad benigna de mama (BBD) y cáncer de pecho, independientemente del consumo después del primer embarazo, según los resultados de nuevo estudio publicado este miércoles en 'Journal of the National Cancer Institute'.

Estudios previos han demostrado que el alcohol consumido en el último año afecta al riesgo de cáncer de mama de una mujer, pero no existen datos sobre la relación entre la ingesta de bebidas alcohólicas durante el periodo de tiempo entre el primer periodo menstrual de la mujer y el primer embarazo y el riesgo de BBD proliferativa y cáncer de mama, a pesar de que el tejido mamario es particularmente susceptible a agentes carcinógenos durante ese espacio temporal.

Ying Liu, de la Escuela de Medicina de Universidad de Washington en St. Louis, Estados Unidos, y sus colegas analizaron datos de 116.671 enfermeras, con edades entre 25 y 44 años, sobre su historia médica, reproductiva, y estilo de vida, gracias a cuestionarios como parte del Estudio de Salud de las Enfermeras II (NHSII).

Se obtuvieron los datos sobre su consumo de alcohol en cuatro periodos de edad preguntando a las participantes sobre el número total de bebidas alcohólicas que consumían en las diferentes edades: de 15 a 17 años; de 18 a 22, de 23 a 30 y de 31 a 40. Después de excluir a las mujeres que no cumplían los criterios del estudio predeterminados, se incluyó en el análisis final a un total de 91.005 mujeres con antecedentes de embarazo a término.

Entre las mujeres seleccionadas para la investigación, se registraron 1.609 casos de cáncer de mama y 970 casos de BBD durante el periodo de estudio, que fueron confirmados por los médicos que revisaron la información de las historias clínicas de cada paciente.

El consumo de alcohol entre la primera menstruación y el primer embarazo se asoció con el riesgo de cáncer de mama y BBD proliferativa, independientemente de beber después del primer embarazo. Los datos indicaron una relación dependiente de la dosis, lo que significa que cuanto más alcohol toma una mujer durante ese tiempo, mayor es la probabilidad de desarrollar cáncer de mama.

Además, los autores observaron que intervalos más largos entre la primera menstruación y el primer embarazo mostraron asociaciones más fuertes en comparación con intervalos más cortos. Los investigadores también informan que beber alcohol después del primer embarazo se asoció con riesgo de cáncer de mama, pero no de BBD.

"La consistencia general de los patrones de asociación entre el alcohol y el riesgo de BBD proliferativa y cáncer de mama apoya la hipótesis de que la ingesta de alcohol, especialmente antes del primer embarazo, cuando es probable que el tejido de mama esté en su etapa más vulnerable, puede jugar un papel importante en la etiología del cáncer de mama", concluyen los investigadores.

Una pastilla para no olvidar



Más allá del Alzheimer, existe un hecho fisiológico que es prácticamente inevitable. Con la vejez, se va perdiendo la memoria y de ahí las preguntas reiteradas y el no retener cosas que antes se mantenían en la mente sin tener que hacer ningún esfuerzo. No es algo que solo le ocurra a los humanos, también los roedores lo experimentan. Y de ahí que este modelo animal haya servido para descubrir un hallazgo que podría ser el primer paso para encontrar una pastilla para no olvidar. Adiós a los sudokus y a los ejercicios para mantener la mente en forma, bienvenida la píldora para mantener la memoria.

Detrás de esta idea que puede sonar a ciencia ficción está el Nobel Eric Kandel y su equipo de investigadores de la Universidad de Columbia, en EEUU. Sus hallazgos se publican hoy en la revista 'Science Traslacional Medicine' y son sencillos de resumir: tras esa pérdida de memoria asociada a la edad existe la deficiencia de una proteína. La consecuencia lógica de este descubrimiento también en simple. Si dicha pérdida de memoria se asocia a la pérdida de una proteína, elevando artificialmente los niveles de esta última se podría conseguir que la memoria perdida volviera.

No se trata de un deseo inalcanzable. Los investigadores ya lo han conseguido en ratones. Y como señala a ELMUNDO.ES Scott Small, uno de los autores, el hipocampo –donde se genera la proteína protagonista – de humanos y ratones es extraordinariamente similar. "Tanto los hombres como estos roedores desarrollan un perfil muy parecido de declive de la memoria asociado a la edad y lo que hemos demostrado es que en las dos especies los niveles de la proteína RbAp48 han disminuido en el hipocampo de los ejemplares mayores", resume.

El estudio recién publicado consta de dos partes claramente diferenciadas. La primera señala que la proteína RbAp48 disminuye con el envejecimiento, tanto en ratones como en humanos. Para demostrarlo, los investigadores analizaron ocho cerebros sanos (no afectados por Alzheimer) de personas jóvenes y mayores que habían decidido donar su cerebro a la ciencia. Dentro del hipocampo – concretamente en una parte denominada circonvuloción dentada (DG, en sus siglas en inglés)-, la región del cerebro donde se forman los recuerdos, los autores encontraron 17 genes cuyos niveles variaban mucho según la edad del donante. El más afectado era el RbAp48, cuyos niveles se reducían en casi el 50% en los cerebros envejecidos en comparación con los más jóvenes.

La segunda parte del estudio es la que más implicaciones prácticas podría tener. Una vez demostrado el hallazgo y que esta variación también estaba presente en cerebros de ratón, los investigadores fueron más allá y se preguntaron qué pasaría en un cerebro viejo al que se le aumentara el nivel del gen recién identificado. Y lo que sucedió es que los ratones vivos a los que modificaron genéticamente para expresar la proteína que codifica ese gen y aumentar sus niveles no solo dejaron de perder memoria sino que recuperaron la misma capacidad cognitiva que los animales más jóvenes.

Es obvio que esto aún no se ha probado en humanos pero, según Small, ya se está preparando el salto. Este investigador cree que es una "expectativa plausible" el desarrollar un fármaco que revierta la pérdida de memoria asociada al envejecimiento. "Teniendo una diana molecular válida, es posible desarrollar intervenciones alrededor de esta", comenta.

Un proceso reversible

Los neurólogos españoles comparten el entusiasmo de los autores y definen el hallazgo muy interesante. Guillermo García Ribas, coordinador del Grupo de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología y neurólogo en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, cree que implica algo tan importante como que la pérdida de memoria asociada al envejecimiento es reversible. "Hasta ahora, no sabemos muy bien qué hacer con las personas sanas que pierden memoria; igual que para el corazón recomendamos perder peso y hacer ejercicio, para el cerebro intuimos que es bueno tener una vida relacional plena, pero no tenemos nada que recetar", explica el especialista.

A partir de este estudio, se intuye la posibilidad de poder desarrollar una pastilla "que no solo revierta los problemas de memoria, sino que equipare esta a la de los jóvenes". "Aunque suene a ciencia ficción, tiene posibilidades", subraya.

García Ribas cree que, antes de que eso suceda, habrá que ver qué tipo de fármaco es el que consigue aumentar los niveles del gen y cuándo habría que empezar a suministrarlo a la población.

Lo que este experto no cree es que, a partir de este trabajo, se vayan a poder descartar casos dudosos del Alzheimer. "Los médicos somos mejores diagnosticando enfermedades que estados sanos, se llegará antes a una prueba diagnóstica independiente del Alzheimer", añade.

Su colega Pedro Bermejo, director médico en IB Neuroclinics, cree que en el estudio falla la parte traslacional y habrá que ver si los resultados se pueden traspasar a humanos. "Hay que coger los resultados con pinzas por el momento, pero sin duda se abre una línea de creación de nuevas dianas terapéuticas para tratar la pérdida de memoria asociada al envejecimiento", comenta.

El neurólogo señala también que, si se llegara a conseguir la pastilla para revertir este problema –que afecta al 100% de la población que envejece- sería tan grande el volumen de personas que habría que tratar "que no habría sistema sanitario que pudiera soportarlo".

La diabetes entra en el 'top ten' de las principales causas de muerte en el mundo



La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha actualizado su listado de las diez principales causas de muerte en el mundo, entre las que se mantienen varias enfermedades no transmisibles como las patologías coronarias, los accidentes cerebrovasculares, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC); la diabetes aparece por primera vez en este 'top ten', del que sale la tuberculosis.

Este organismo de Naciones Unidas ha utilizado para ello datos relativos a 2011, año en que estiman que murieron en todo el mundo 55 millones de personas. Las enfermedades no transmisibles son responsables de dos de cada tres fallecimientos (36 millones), más que hace diez años, cuando representaban el 60 por ciento de todas las muertes (31 millones).

La primera causa de muerte siguen siendo las enfermedades cardiovasculares, que mataron a casi 17 millones de personas y representaron tres de cada diez fallecimientos. De ellos, unos 7 millones lo hicieron por una cardiopatía isquémica y 6,22 millones debido a un accidente cerebrovascular. A ambas dolencias le siguen en el ranking las infecciones de vías respiratorias inferiores (causantes de 3,2 millones de muertes), la EPOC (3 millones), enfermedades diarreicas (1,9 millones), el VIH/sida (1,6 millones), los cánceres de tráquea, bronquios o pulmón (1,5 millones), la diabetes mellitus (1,4 millones), los accidentes de tráfico (1,3 millones) y los nacimientos prematuros o el bajo peso al nacer (1,2 millones).

Precisamente la OMS destaca como de este 'top ten' sale la tuberculosis, que no obstante sigue entre las quince principales causas de muerte provocando un millón de fallecimientos en 2011.

Ricos y pobres

De hecho, en su informe destacan como las causas de muerte pueden variar entre países de altos y bajos ingresos. Así, mientras que en los países ricos las enfermedades no transmisibles representan el 87 por ciento de todas las muertes, en los países de bajos ingresos apenas representan el 36 por ciento, y ganan protagonismo enfermedades como el VIH/sida, las enfermedades diarreicas, la malaria o la tuberculosis, que representan un tercio de todas las muertes en estos países.

También hay diferencias en la edad de los fallecidos. En los países de ingresos altos, 7 de cada 10 muertes se producen en personas de más de 70 años y sólo un 1 por ciento de las muertes son de niños menores de 15 años. En los países de bajos ingresos, en cambio, casi 4 de cada 10 muertes se producen antes de los 15 años y sólo 2 de cada 10 después de los 70 años entre las personas de 70 años y más.

Mortalidad infantil

Las complicaciones derivadas de un parto prematuro y la asfixia al nacer y las lesiones al nacer también se encuentran entre las principales causas de muerte, cobrando la vida de muchos recién nacidos y lactantes. En este sentido, la OMS pone de relieve que de los 6,9 millones de niños que murieron antes de cumplir los cinco años en 2011 casi todos (99%) fueran de países de bajos y medianos ingresos. Además de las complicaciones al nacer, la neumonía o las enfermedades diarreicas, la malaria sigue siendo una importante causa de muerte a estas edades, especialmente en África subsahariana, donde causa aproximadamente el 14 por ciento de los menores de cinco años.

Además, alrededor del 43 por ciento de las muertes en niños menores de 5 años en 2011 se produjo durante sus primeros 28 días de vida.

Por otro lado, la OMS también destaca como el consumo de tabaco sigue siendo la principal causa de muchas de las principales enfermedades mortales del mundo, como la enfermedad cardiovascular, la EPOC o el cáncer de pulmón. En total, el consumo de tabaco es responsable de la muerte de alrededor de 1 de cada 10 adultos en todo el mundo, siendo la causa oculta de muchas enfermedades mortales.

De igual modo, también muestran su preocupación por el elevado porcentaje de muertes provocadas por un accidente o una lesión (9% del total). De todas ellas, los accidentes de tráfico siguen siendo la causa más frecuente, casi 3.500 vidas perdidas cada día, unos 700 más que en el año 2000.

martes, 27 de agosto de 2013

Desarrollan un yogur con anticuerpos de llama para combatir la gastroenteritis



Científicos del Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA), centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), están desarrollando un nuevo yogur que incorpora anticuerpos de llama y podría ayudar a combatir la infección por rotavirus, que afecta al 95 por ciento de los niños menores de 5 años.

Este avance se produce después de que el Grupo de Microbiología Molecular de este centro desarrollara un método para introducir cualquier gen en el cromosoma de una bacteria láctica, de forma estable y sin tener que dejar ninguna información genética adicional.

Tras dicho hallazgo, iniciaron un estudio en colaboración con el Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia) para modificar genéticamente lactobacilos para que pudieran actuar como agentes inmunizadores, tras haber comprobado que estas bacterias son capaces de "colonizar las mucosas de los mamíferos", según ha explicado a SINC Miguel Angel Alvarez, coordinador del grupo español.

Los autores escogieron los anticuerpos de llama porque son más pequeños y sencillos que los humanos, presentan una elevada resistencia a la acidez y a los enzimas gástricos, y una mayor solubilidad.

De este modo, y a partir de llamas inmunizadas contra rotavirus en la Universidad de Utrech, los investigadores aislaron el gen que codifica el anticuerpo específico frente a rotavirus y lo introdujeron en el cromosoma de bacterias lácticas probióticas, para que produjeran en la superficie externa de su pared celular el anticuerpo contra rotavirus.

Tras ingerirse, las bacterias lácticas que producen el anticuerpo específico de llama se unen al rotavirus en el tracto gastrointestinal. Para ello, los anticuerpos adheridos a la superficie de la bacteria funcionan como la pieza de un puzle en la que el rotavirus encaja perfectamente y por la que tiene mayor afinidad que por las células intestinales del organismo hospedador.

"Los virus, secuestrados por bacterias que les superan enormemente en tamaño, no pueden unirse a sus receptores de la mucosa intestinal, evitándose así la infección. Además, se ven arrastrados por ellas y son eliminados junto a las heces", señala Alvarez.

Una vez expulsada del cuerpo y libre en el medio ambiente tras "cumplir su misión", la bacteria se muere, lo que evita los efectos nocivos que pudiera tener sobre el entorno la diseminación de bacterias modificadas genéticamente.

Tras este hallazgo los científicos están ahora a punto de comenzar los ensayos clínicos del tratamiento a base de estas bacterias, que se podrían tomar como los fermentos lácteos del yogur "y son, por tanto, de producción sencilla y bajo coste", según los investigadores.

Una vez que los ensayos clínicos hayan finalizado, los investigadores esperan disponer de un producto lácteo que se configure como una posible alternativa o complemento a la rehidratación oral. Como explica la investigadora del IPLA Mari Cruz Martín, también en declaraciones a SINC, "supondría una vía de tratamiento para las personas que no tienen acceso a atención hospitalaria y que, por tanto, no pueden recibir hidratación paliativa parenteral".

EMPRESAS INTERESADAS EN LA PATENTE

El proyecto ha despertado el interés de empresas como la multinacional Unilever, miembro del consorcio de investigación, y otras que tanto en Reino Unido como en Estados Unidos se han mostrado interesadas en licenciar la patente de la tecnología que permite que las bacterias lácticas produzcan los anticuerpos deseados, en este caso anticuerpos de llama contra rotavirus.

De hecho, el IPLA y el Karolinska ya han registrado la patente en Reino Unido y está en trámite la solicitud para Estados Unidos.

Además, también buscan dar un paso más y tratar de responder a patógenos como las bacterias del género 'Clostridium difficile', la causa más importante de colitis pseudomembranosa, y cuyas infecciones "están aumentando, tanto en número como en severidad debido a la aparición de nuevas cepas altamente virulentas y resistentes a los antibióticos", señala Miguel Angel Alvarez.

"Nuestra idea de futuro es conseguir que este lactobacilo con los anticuerpos en su superficie, además de 'pegarse', produzca moléculas activas contra el patógeno. Para ello, incorporaremos en el cromosoma de la bacteria láctica genes que codifican anticuerpos de llama contra proteínas de su superficie y contra las toxinas que produce, además de genes que codifican moléculas con actividad bactericida frente al patógeno", adelanta el científico.

Claves para "enfocar" correctamente la vuelta al trabajo


La "clave" para evitar el síndrome post vacacional reside en "enfocar" correctamente los periodos de vacaciones y el trabajo, según ha explicado la directora del grado en psicología de la Universidad Internacional de La Rioja, María Soria, que ha asegurado que ambos periodos son "dos caras de una misma moneda".

En este sentido, ha destacado la importancia de "no percibir el comienzo de la rutina escolar o laboral como una pérdida, sino como un nuevo ciclo del que podemos obtener aprendizaje y momentos provechosos" y ha insistido en que el trabajo "no debe concebirse como un aspecto penoso en el tránsito vital".

De lo contrario, la vuelta a la rutina tras unas largas vacaciones puede provocar un estado de ánimo de tristeza que puede provocar irritabilidad, pérdida de apetito y alteraciones en la motivación, el sueño, la concentración y la capacidad de atención sostenida. En el caso de los niños, puede provocar también una mayor frecuencia de "rabietas" y desgana en el juego, según ha indicado Soria.

Por otra parte, la psicóloga ha recomendado volver a adoptar rutinas relacionadas con el sueño o los hábitos de alimentación antes de finalizar las vacaciones de modo que los últimos días "se asemejen a los de durante el curso" a fin de lograr una transición lo más suave posible.

Además, ha apuntado a la perspectiva de nuevos retos, objetivos y actividades estimulantes que se llevan a cabo durante el periodo escolar o de trabajo, como una visión que contribuye a facilitar el regreso de las vacaciones.

"El comienzo del curso ha de arrancar con una importante dosis de ilusión", ha insistido Soria, en relación a la vuelta al colegio de los niños, y ha explicado que esto puede lograrse tanto a través de las compras que se realicen para el nuevo año escolar como en las palabras que se utilizan para referirse a la nueva etapa, entre otros aspectos.

Qué hacer tras la resaca de las fiestas veraniegas



El verano se convierte sin duda para millones de personas en algo más que descanso y vacaciones: las fiestas patronales de cada pueblo o ciudad ocupan en él un lugar importante. No sólo sirve para juntarnos con los amigos y disfrutar de un buen rato sino también, y como demuestra la tradición española, para comer y beber en exceso. Algo que causa -dependiendo del caso- un impacto sobre nuestra salud, del que, según los expertos, es necesario recuperarse cuanto antes.

"Existe una relación directa entre las festividades locales y el incremento de consultas por intoxicaciones etílicas agudas y otras drogas, especialmente en los servicios de urgencias", afirma a ELMUNDO.es Salvador Tranche, vicepresidente de la Sociedad Asturiana de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC). Por otro lado, más difícil de cuantificar son las consultas en los centros de salud que se realizan días después de finalizadas las fiestas donde acuden pacientes con enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión, alteraciones del colesterol, etc.) y presentan descompensaciones más o menos importantes debidas, probablemente, a transgresiones dietéticas.

Grasas y alcohol

Durante los días que duran las fiestas, expone el especialista, reducimos las horas de sueño, comemos fuera de casa y en más cantidad, con predominio de frituras, alimentos precocinados y carnes (barbacoas, calderetas…). "En personas sanas puede ser un problema insignificante o quizá dar lugar a un leve malestar como trastornos digestivos (ardor o dolor gástrico, sensación de plenitud, digestiones pesadas…), pero en aquellas personas con enfermedades crónicas en que la alimentación es un elemento clave, puede ser un factor de descompensación", afirma.

En la misma línea se expresa también el doctor Javier Salvador, presidente de la Sociedad Española de Nutrición (SEN), quien mantiene que "las personas con diabetes y aquellas con antecedentes de enfermedades gastrointestinales o pancreatitis son obviamente más vulnerables".

El exceso de carbohidratos y grasas, añade, induce una situación posprandial diferente de lo habitual con aumento de glucosa y grasas, que suele ser transitoria, y cuya trascendencia va a depender más de la magnitud de la ingesta, el tipo de alimentos y la patología previa que presente la persona en cuestión. Por ello, "asumir la ingesta de un exceso de calorías de forma rutinaria, aunque no se considere como transgresión dietética puntual, favorece el desarrollo de obesidad y de sus complicaciones entre las que se encuentra la diabetes, las alteraciones de las grasas en la sangre, la hipertensión, apnea del sueño, e incluso la promoción de distintos tipos de cáncer", expone el experto.

Por otro lado, el alcohol es otro de los grandes 'protagonistas' de las fiestas veraniegas. Durante estos días, bebemos más alcohol y también más bebidas azucaradas. El alcohol, mantiene Salvador, aporta siete calorías por gramo, facilitando el desequilibrio de la ecuación de balance energético en favor de la entrada calórica. Aunque, independiente de su efecto calórico, sin duda, "son más importantes los efectos derivados de su acción a nivel del sistema nervioso". Así, dependiendo de la cantidad ingerida y de la tolerancia al mismo, indica Tranche, puede producirse un cuadro que puede ir desde la desinhibición hasta la obnubilación o el coma. "La resaca suele ser más frecuente en bebedores de consumo bajo y moderado de alcohol", asegura.

Pero si además, a todos los efectos anteriores, agrega el doctor Salvador, le sumamos una temperatura elevada, con mayor posibilidad de deshidratación, los efectos metabólicos se verán potenciados y "se pueden ver asociados con los correspondientes a la falta de líquido, con hipotensión arterial, y las consecuencias de una peor perfusión de órganos clave".

Restablecer hábitos

Lo más adecuado, señalan los facultativos, es restablecer unos hábitos saludables de alimentación y estilo de vida. Pero es muy importante saber que "no es conveniente adoptar actitudes drásticas de ayuno absoluto y asegurar una correcta hidratación", asevera Salvador.

Por otro lado, es beneficioso tomar alimentos ligeros de baja densidad energética, evitando dulces y aquellos con alto contenido en grasas animales. Igualmente es aconsejable, explica, realizar actividad física suave como es el paseo. "Si previamente hacía ejercicio físico procure retomarlo realizándolo al menos tres días a la semana (30 o 45 minutos) y si no lo hacía, puede empezar aumentando su actividad diaria con pequeñas estrategias como subir a casa andando y caminar siempre que sea posible", agrega Tranche.

Con todo esto, es fundamental, concluyen ambos especialistas, aplicar el sentido común, y "no buscar así contrarrestar la sobreingesta de fechas anteriores sometiendo al organismo a otra agresión como la que representa una dieta desequilibrada".

Los bebés pueden aprender antes de nacer



¿Alguna vez se ha preguntado si la precoz capacidad de su bebé para hablar puede estar relacionada con los documentales que vio en la sobremesa mientras guardaba reposo en su embarazo? Pues tal vez la idea no sea tan descabellada. Investigadores de la Universidad de Helsinki (Finlandia) sostienen en el último numero de PNAS que los sonidos escuchados en el útero pueden moldear el cerebro en desarrollo del feto antes de nacer e influir después en la adquisición del lenguaje y el habla. El hallazgo, aseguran los autores, podría servir para llevar a cabo intervenciones tempranas antes del nacimiento en aquellos niños cuyos familiares directos tengan algún tipo de dificultad en el lenguaje o padezcan dislexia.

A partir de la semana 27 de gestación, los bebés pueden percibir los sonidos de su entorno. No sólo se habitúan a la voz de su madre, sino que empiezan a familiarizarse con el idioma hablado en su entorno (reaccionan de forma distinta al sonido de las vocales de otros idiomas), las melodías que escuchan con frecuencia o fragmentos de historias que oyen mientras se desarrollan en el útero. Ya antes de nacer, el futuro bebé tiene cierta capacidad de aprendizaje y memorización, lo que muestran con su primer llanto, que ya tiene la entonación y ritmos característicos –la prosodia- del idioma de sus padres. Estos datos se conocían de antemano, pero no estaba claro si estos sonidos podían posteriormente tener alguna influencia sobre la adquisición y percepción del lenguaje durante la infancia.

Para averiguarlo, Eino Partanen y sus colegas siguieron a 33 mujeres finlandesas desde la 29 semanas de embarazo hasta el parto. Diecisiete de las madres (el grupo de aprendizaje) escucharon entre 5 y 7 veces por semana grabaciones de pseudopalabras de tres sílabas como "tatata" repetidas cientos de veces. En ocasiones en la sílaba media se cambiaba la vocal (“tatota”) o, por el contrario, con menos frecuencia la sílaba central se pronunciaba con un tono diferente, algo que raramente ocurre en finés, idioma natal de las participantes y sus futuros bebés.

El resto de las embarazadas (el grupo control) no escuchó ningún sonido. Después del nacimiento, se compararon en ambos grupos las respuestas neurales a las pseudopalabras.

Compensar dificultades genéticas

Según los autores, los resultados muestran que los bebés del grupo de aprendizaje, no sólo reconocían las palabras incluidas en la grabación, sino que eran capaces de reaccionar también a variaciones que no habían escuchado antes, como modificaciones en la intensidad de la vocal de la sílaba central o en su duración, algo que sirvió para comprobar que los recién nacidos eran capaces utilizar lo aprendido para procesar otras palabras parecidas, es decir, que habían generalizado su aprendizaje.

En concreto, el grupo de aprendizaje mostró una activación neural mayor para los cambios en la duración que el grupo de control. Además, dentro del grupo de aprendizaje, esa activación neuronal, evaluada mediante electroencefalograma, fue significativamente mayor en los bebés con más exposición prenatal a la grabación, que había oscilado entre 5 y 7 veces a la semana.

Estos resultados sugieren que el cerebro del feto es capaz de llevar a cabo aprendizajes auditivos antes del nacimiento y sufrir cambios estructurales que dan lugar a trazas de memoria duradera que puede influir en la adquisición del lenguaje durante la infancia, señalan los autores: “Las experiencias prenatales tienen una influencia notable en la precisión de la discriminación auditiva del cerebro, que puede respaldar, por ejemplo, la adquisición de la lengua durante la infancia. En consecuencia, nuestros resultados también implican que es posible apoyar el desarrollo auditivo temprano y potencialmente compensar dificultades de naturaleza genética”, explican.

lunes, 26 de agosto de 2013

El tiempo de espera media para operarse en la sanidad pública sube de 76 a 100 días



La espera media para someterse a una intervención quirúrgica no urgente en el Sistema Nacional de Salud (SNS) ha pasado de 76 a 100 días en el último semestre de 2012, según los datos actualizados a 31 de diciembre publicados por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, que registran la mayor demora desde que se empezó a contabilizar en 2004.

A finales del año pasado había 571.395 pacientes en lista de espera, un 6,4 por ciento más que en junio (536.911). Además, de estos, un 16,5 por ciento llevaban más de 6 meses de demora desde que se les prescribió la intervención.

La especialidad que más pacientes en espera tiene es Traumatología (166.302), seguida de Oftalmología (110.812) y Cirugía General y de Digestivo (108.508). En cambio, las que más tardan en programar una operación son Cirugía Torácica (152 días de media), Neurocirugía (151) y Cirugía Plástica (124) y, las que menos, Ginecología (70) y Cirugía Cardiaca (73).

Los cirujanos torácicos y los neurocirujanos son también los que más han aumentado su tiempo de demora, en 45 y 40 días con respecto a junio de 2012. Neurocirugía es, asimismo, junto con Traumatología la especialidad que tiene más pacientes en espera desde hace más de seis meses, con el 24,1 y el 23,08 por ciento respectivamente.

Por procesos, la intervención con más pacientes en espera son la cirugía de cataratas, con 90.599 pacientes, seguida de la hernia inguinal o cural (24.020), la artroscopia (21.595) y el 'hallux valgus' o juanetes (17.152).

La operación para implantar una prótesis de cadera, en cambio, es el proceso con más espera media, 128 días, seguido de la operación de juanetes (123, la única que reduce su demora), varices (117) y la artroscopia (116).

Además, uno de cada cuatro pacientes que van a recibir una prótesis de cadera o van a operarse de juanetes llevan más de 6 meses esperando.

CASI DOS MESES DE ESPERA PARA LA CONSULTA DEL ESPECIALISTA

Por otro lado, el informe del Ministerio también refleja un incremento en el tiempo de espera para la primera consulta con el especialista, ya que se ha pasado de 53 a 59 días de demora media.

En diciembre de 2012 había 42,1 pacientes por cada mil habitantes en espera, de los que el 36,5 por ciento llevaban esperando más de sesenta días. Las especialidades con más pacientes en espera para una consulta son Oftalmología (9,2 por cada mil habitantes), Traumatología (6,5) y Ginecología (4,3).

Ginecología es, además, la especialidad que más tarda en atender a sus pacientes, con 85 días de demora, seguida de Oftalmología (75), Traumatología (64) y Cardiología (59). Las que menos tardan, por contra, son Otorrinolaringología y Cirugía General y Aparato Digestivo, con 41 días de espera media.

La depresión acelera el deterioro mental en las personas con diabetes



Un estudio de la Universidad de Washington (EE.UU) en pacientes con diabetes ha revelado que los problemas de memoria, que a menudo suelen preceder una demencia posterior, surgen antes y aceleran su desarrollo en aquellos que además sufren depresión.

De hecho, según los resultados publicados en 'JAMA Psychiatry', en menos de cuatro años de seguimiento se vieron diferencias significativas en una amplia gama de habilidades cognitivas.

"La depresión parece ser un importante factor de riesgo para la demencia y el deterioro cognitivo en los pacientes con diabetes", reconoce Mark Sullivan, profesor de Psiquiatría y autor principal del estudio.

Tanto la diabetes como la depresión se han relacionado a un aumento del riesgo de la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia frecuentes en personas de edad avanzada. Pero lo que aún no estaba claro era si la depresión es una causa o un efecto de dicho deterioro cognitivo.

Para evaluar esta relación, el equipo de Sullivan analizó los datos de casi 3.000 personas de más de 55 años de edad con diabetes tipo 2 y los factores de riesgo de eventos cardiovasculares. De media, los participantes habían sido diagnosticados hace al menos 9 años.

Todos ellos se sometieron al inicio del estudio a varias pruebas de habilidades cognitivas, que volvieron a pasar a los 20 meses y a los 40. Entre las pruebas había una que medía la velocidad psicomotora y otra que medía el tiempo que tarda el cerebro en registrar un estímulo, procesarlo y responder a él. También se analizó la capacidad de recordar las palabras con el tiempo, y cómo el cerebro utiliza la memoria ante conductas inapropiadas.

Asimismo, también sometieron a los pacientes a un formulario para ver si podían presentar algún síntoma depresivo.

Más de 2.600 personas completaron las pruebas a lo largo de todo el seguimiento, y el 62 por ciento nunca tuvieron síntomas que indicaran depresión. El 18 por ciento estaba deprimido al inicio del estudio, del 16 al 17 por ciento estaban deprimidos a los 20 y 40 meses y un 5 por ciento mostraron depresión durante todo el estudio.

Los investigadores encontraron que las personas con síntomas de depresión en algún momento tenían más probabilidades de ser mujeres, de raza blanca, más jóvenes, con sobrepeso u obesidad, y con mayores niveles de glucemia y colesterol.

Además, la depresión se relacionó con un mayor deterioro cognitivo, independientemente de otros factores de riesgo. Estos incluyen la edad, el género, la raza, la obesidad, el tabaquismo, el consumo de alcohol, los eventos cardiovasculares previos, además de otros tipos de diabetes y el uso de medicamentos cardiovasculares.

"Este estudio demuestra que la depresión acelera el deterioro cognitivo en pacientes con diabetes en un corto período de tiempo, en todos los subgrupos de pacientes, y en todos los dominios cognitivos evaluados", dijo Sullivan.

Ante estos resultados, lo que queda por saber es si el tratamiento de la depresión puede invertir este efecto, así como si la depresión se puede asociar con un aumento en las hormonas del estrés, la inflamación y otros procesos que pueden contribuir directamente a la disminución cognitiva, dijo Sullivan.